Discurso de reingreso al Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo

Me da mucho gusto reencontrarme en este momento con todas y todos ustedes después de cuatro años de ausencia física.

Hace cuatro años tuve la oportunidad de ir a trabajar, con la confianza del gobernador Omar Fayad, al Poder Ejecutivo para hacerme cargo de la titularidad del Ministerio Público.

Debo decirles, y así se los comparto de la manera más coloquial y sencilla, que fue una experiencia extraordinaria, fue una experiencia suigeneris , fue un arco de situaciones que se iniciaron, quizá de la mejor manera,  con el 150 aniversario del estado, pero que a las pocas horas se transformaron en la angustia de resolver una tragedia de la magnitud de Tlahuelilpan. Así de rápido  y así de violento es el desempeño en el Ministerio Público. En esos 36 meses hubo experiencias que son y marcan el servicio público.

Acompañar al gobernador del estado a enfrentar esta situación caótica, trágica, frente al presidente de la Republica en el Palacio Nacional, debo decirles que a uno lo pone frente a una realidad en la que la dimensión de las responsabilidades públicas adquiere otros tamaños, es un medirse pública y profesionalmente, frente a un reclamo de muchas naturalezas, que tocan las fibras más sensibles de cualquier ser humano, por muy funcionario y por muy importante que sea; pero también hubo responsabilidades y experiencias que requirieron de conocimiento, de aplomo, como litigar en un juicio de procedencia en el Congreso de la Unión, que fue exitoso; como tomar decisiones muy difíciles cuando se tienen en las manos las vidas y las seguridades de 4000 familias frente a una pandemia  que fue, ustedes los saben porque lo vivimos juntos, avasalladora; es triste y se siente la impotencia de ver como las y los compañeros de todas las edades ingresan a los hospitales y van dejando los lugares vacíos, y tener que cerrar las puertas para tratar de que ese mal no fuera más adelante. Y así en un día a día agitado, complejo, alegre llegar a los 100 años  de la institución y cerrar un ciclo para dar paso a lo que necesariamente tendrá que ser su mejora.

Pero todo esto me lleva, es lo que quiero compartirles, me lleva a decirles que en todo ese recorrido y en toda esa abundancia de experiencia y de situaciones complejas, una más y otra menos agradables, siempre tuve clara la divisa de esta casa, siempre el Poder Judicial fue mi punto de partida y sabía que iba a ser mi punto de retorno. Aquí estoy de regreso en un momento que me entusiasma mucho porque veo que estamos a punto de entrar en una etapa generacionalmente inédita que es resultado de un proceso democrático: es la alternancia en el Poder Ejecutivo. Lo veo con ese entusiasmo porque estoy seguro que el Poder Judicial tiene el tamaño, la inteligencia, y sobre todo el proyecto para sumarse a esa transformación que no es responsabilidad de un solo hombre a quien además todas y todos nosotros  conocemos, el Gobernador Julio Menchaca, sino que es responsabilidad tanto de individuos como de instituciones. A cualquier persona que haya transitado por esta mesa le queda claro que aquí adentro hay un reto diario frente a las y los justiciables, pero que también hay un reto institucional afuera, y en buena hora que hoy se renueva la presidencia y se integran 3 nuevos colegas a esta institución a la  que por demás, han pertenecido y conocen.

Quiero también decirles que en aquella responsabilidad, esta es una oportunidad para hacerlo, no la voy a desperdiciar, tuve la oportunidad de contar con acompañamientos muy importantes desde el Poder Judicial, por eso hoy me da mucho gusto reconocer en la magistrada Blanca Sánchez la experiencia que compartimos para beneficio fundamentalmente del Ministerio Público. Debo decirles que lo mejor es que no fue una relación de compromiso ni forzada, fue una relación muy aleccionadora, fue grata, fue tensa, fue disidente, fue confrontada y todo eso, todo eso creo que fue posible gracias al oír. En menor tiempo pero también con proyectos muy claros lo pude compartir y constatar con la magistrada Janet Herrera, la condición era la misma, la posibilidad de unir dos instituciones separadas legalmente,con responsabilidades diferenciadas pero con un objetivo final que es la justicia.

Ahora les comparto esta experiencia profesional; pero también desde lo personal, porque tengo la confianza para hacerlo,  les digo que este regreso lo hago con la seguridad, con la que siempre determiné y firmé cada uno de los actos de mi responsabilidad en el Ministerio Público. Yo sabía que no podria volver a ponerme esta toga  si hubiera tenido la imposibilidad de ver de frente, de sentarme nuevamente en un sillón como este, con esa certeza y con la seguridad de haber actuado al límite de mis capacidades con la voluntad de servir a 3,000,000 de hidalguenses, de cumplir y responder a la confianza del titular del Poder Ejecutivo, y de regresar aquí con las manos limpias, con el pensamiento claro, sin frustraciones ni rencores al contrario con agradecimientos, muchos,  por invaluable experiencia. Y como no me va a dar más gusto estar aquí si me encuentro a compañeras y compañeros con quienes en mayor o menor tiempo he compartido mi vida profesional y mi vida judicial. Como no me va a dar gusto, lo digo aun en su ausencia, de ver como después de tantos años de servicio se han retirado la magistrada Hortensia Ramírez, y el magistrado José Manning, con un ejemplo de trabajo, de responsabilidad, de honestidad, de creatividad jurídica y de amistad, no están aquí pero yo si les dejo aquí testimonio de mi reconocimiento después de su paso por este lugar. Y como no estar entusiasmado si ahora en  este regreso encuentro, la palabra está mal empleada, debo decir me reencuentro, con profesionales del derecho con quien por diversas circunstancias he tenido la oportunidad de convivir tanto fuera como dentro del Poder Judicial.

Me da mucho gusto encontrarme con la magistrada Percys Susana Cravioto quien me distingue con una amistad de muy larga data, una amistad de adolescencia que luego se convirtió en coincidencia profesional en el Poder Judicial y ha permanecido por muchos años. Lo mismo que reencontrarme con la magistrada Arminda Frías con quien durante mucho tiempo he tenido oportunidad de conversar, de aprender lo que ella sabe y ha aprendido laborando por diversos espacios del Poder Judicial. Y desde luego, y debo subrayar que me siento muy orgulloso de reencontrarme hoy con el magistrado Victor  Juárez, con el proyectista Victor Juárez, proyectista de mi ponencia, con el juez, con el consejero de la Judicatura y hoy con el magistrado. Esa para mi es una muestra palpable de la evolución que ha tenido este Poder Judicial.

Finalmente tengo que decir, y lo digo con mucha satisfacción, que me llena de entusiasmo también ver que hoy  se llega a la cuarta presidencia de una mujer, tercera consecutiva, eso me parece muy importante. Veo la posibilidad por la trayectoria de la magistrada Rebeca Aladro, de alcanzar una etapa como todas, nueva, sugerente, de retos, de retos institucionales que son también, así lo veo, los retos también, de cada uno de las y los magistrados de este tribunal, del Tribunal Fiscal administrativo, y de las y los consejeros de la Judicatura. Tengo muy claro que el Poder Judicial es uno con sus diferentes instancias, y por  trayectoria de la magistrada Aladro y Presidenta del honorable Tribunal Superior de Justicia estoy cierto que será exitosa.

Ofrezco con toda puntualidad mi compromiso de sumarme en esta etapa y de colaborar en lo que a mi alcance esté, primero para cumplir con mi responsabilidad legal como Magistrado y después para fortalecer al Poder Judicial al que tanto le debo y al que este día regreso con el mismo entusiasmo con el que llegue  a este pleno hace 24 años.

Muchas gracias.